¿Cuáles son los riesgos financieros de ser freelancer?

Con el auge de los medios digitales y el avance de los sistemas computacionales, muchos profesionales han dejado de buscar empleos fijos para probar suerte como agentes libres en el mercado laboral; lo que llamamos freelancer.

Un freelancer o trabajador autónomo es una persona que busca desempeñarse profesionalmente fuera de una empresa para aprovechar las ventajas que brinda el internet, como elegir a tus propios clientes, trabajar a distancia, tener horario flexible y, sobre todo, ser el único responsable de tu negocio. No todo freelancer consigue oportunidades únicamente por medio de internet; sin embargo, dado que la tecnología brinda millones de posibilidades, hoy en día trabajar por medio de plataformas digitales facilita muchas de las relaciones laborales.

Pero, ¿conoces algunos de los riesgos financieros de ser freelancer?
 

Dos profesionales trabajan desde una cafetería.

Parte de lo difícil de ser freelancer es que requiere una gran inversión de tiempo y recursos para conseguir una buena cartera de clientes, que no sólo den valor a tu trabajo sino que sean formales con pagos, documentos, juntas y demás. De hecho, aunque la relación laboral entre un freelancer y su cliente comúnmente no reconoce un contrato (que establezca un sueldo fijo, prestaciones y las obligaciones de ambas partes), el trabajo igual conlleva responsabilidades muy específicas.

Generalmente, una vez que el freelancer encuentra a su cliente, le genera una propuesta de trabajo que se ajuste a las necesidades del proyecto y, una vez que la contraparte aprueba, se acuerdan términos en cuanto a tiempos de entrega, pagos y derechos de propiedad intelectual, entre otras cosas.

No todos los trabajadores independientes entran en la categoría de “freelancer”, ya que algunos oficios del sector salud y del sector financiero, como un médico, un dentista, un psicólogo o un contador, se prestan para el trabajo independiente. Principalmente porque en estas profesiones el especialista cuenta con una cartera de clientes que son quienes originalmente realizan el contacto para la prestación del servicio.

Al ser freelancer, una de las principales desventajas es justamente lo opuesto: que dado que no tienes un flujo constante de clientes, la carga de trabajo y los ingresos son más inestables. Si, por ejemplo, eres una persona movida a quien no se le dificulta hacer contactos, esto no será problema porque podrás organizar tu flujo de trabajo de acuerdo a tus necesidades económicas. Si, por otro lado, conseguir tus propios clientes te cuesta mucho trabajo, es muy probable que mantener un flujo constante resulte difícil y que por tanto tus ingresos mensuales sean bajos.

Mujer se muestra preocupada frente a la computadora.

Además, hay que considerar que muchas veces correrás el riesgo de que no te paguen. Aunque suena un poco desalentador, en realidad esto es bastante común en el mundo del trabajo autónomo. Claro que por esto mismo un freelancer debe procurar acreditar la relación de trabajo con algún tipo de acuerdo por escrito, porque es la forma más segura de protegerse de clientes que no pagan. No obstante, entrar en el mundo del freelanceo es aceptar que esto siempre es una posibilidad latente.

Otra cosa a considerar es que ser freelance es trabajar sin sueldo fijo y prestaciones de ley; es decir, a menos de que decidas correr con estos gastos por tu cuenta (lo cual es lo ideal), trabajar como agente libre implica que no habrá una empresa o entidad que te dé seguro médico, vacaciones pagadas, días libres por enfermedad, aguinaldo, bonos de cualquier tipo, vales de despensa y, sobre todo, no habrá alguien que se encargue de inscribirte al seguro social, por lo que no podrás generar antigüedad. Siendo freelance, si no trabajas no ganas dinero.

Al final, ya sea que decidas ser freelance o prefieras trabajar para una organización, lo más importante es que encuentres la mejor forma para desarrollarte profesionalmente de acuerdo a tus necesidades y objetivos personales. Si bien el trabajo de freelancer no es para todas las personas, empezar siempre es lo más difícil. Pero, una vez que te has preparado física y mentalmente para establecer las relaciones que harán tu red de trabajo eficiente y tu flujo de dinero conveniente, podrás lograr la independencia financiera que seguramente deseas. 

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